sábado, 11 de enero de 2014

Poema II. «La muerte de los amantes», Charles Baudelaire

La muerte de los amantes

Poseeremos lechos colmados de aromas
Y, como sepulcros, divanes hondísimos
E insólitas flores sobre las consolas
Que estallaron, nuestras, en cielos más cálidos.

Avivando al límite postreros ardores
Serán dos antorchas ambos corazones
Que, indistintas luces, se reflejarán
En nuestras dos almas, un día gemelas.

Y, en fin, una tarde rosa y azul místico,
Intercambiaremos un solo relámpago
Igual a un sollozo grávido de adioses.

Y más tarde, un Ángel, entreabriendo puertas
Vendrá a reanimar, fiel y jubiloso,
Los turbios espejos y las muertas llamas.



Baudelaire fue un poeta, novelista y crítico de arte francés, nacido en París en 1821. Al terminar sus estudios en París en 1834, fue enviado a las Antillas por su padrastro quien quiso alejarlo de la vida bohemia y licenciosa que el joven llevaba. A su regreso a París inició estudios de Derecho en 1840, incursionó en el ambiente literario entablando amistad con prominentes figuras del arte, y empezó a producir textos sobre crítica de arte y poesía. Considerado como modelo y padre de la poesía modernapublicó en 1857 su máxima obra, Las flores del mal, desatando una gran polémica por considerarla  como una  ofensa contra la moral pública. Luego aparecieron Pequeños poemas en prosa y Paraísos artificiales publicados en 1860. Falleció en 1867.

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