domingo, 12 de enero de 2014

Literatura Comprometida: Blas de Otero y Gabriel Celaya

Entre sus diversas funciones, la literatura sirve en ocasiones para transmitir una determinada ideología política. Es más común que este uso político de la literatura se de en países en los que hay o ha habido regímenes dictatoriales, en los que el autor o poeta siente la necesidad de escribir sus impresiones, opiniones o sentimientos sobre lo que está ocurriendo. Como hemos dicho varias veces en clase, muchas veces los autores tienen que enfrentarse a la censura, cuando sus ideas son contrarias a aquellas que el régimen en cuestión predica.

En España, este tipo de literatura se gestó y desarrolló durante el Franquismo. Durante estos años nace también la denominada “prensa del movimiento”, un movimiento nacional que controlaba la educación y la prensa. No todos los periódicos controlaban la realidad ante la censura; la crítica solo se podía hacer clandestinamente a través de la literatura. Durante las décadas de los 50 y 60, la poesía (hasta entonces género minoritario) fue haciéndose más popular, especialmente a través de la música. 

 Poetas como Gabriel Celaya y Blas de Otero cambian el lenguaje de esa poesía con el fin de transmitir su ideología. Su poesía fue muy difundida entre los exiliados de izquierdas en países como Francia, a través de cantantes como Paco Ibáñez. En el crecimiento de este tipo de poesía, los cantautores de la éopca jugaron un papel fundamental. Algunos de ellos son Joan Manuel Serrat, Victor Manuel, Lluis Llach o Pablo Guerrero. 

A continuación, veremos dos ejemplos de poesía en la que se encuentra reflejada la ideología política del autor. En "España en marcha", de Gabriel Celaya se hace un llamamiento indirecto a la gente con el fin de que se manifieste:
"ESPAÑA EN MARCHA"

Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.

Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.

Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.

Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.

Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.

No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.

España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.

Gabriel Celaya
Es un poema que critica en cierta manera el inmovilismo  propio del régimen franquista en el que se distinguen dos clases de españoles: los jóvenes, aquellos que tienen más futuro, frente a las personas de avanzada edad que encarnan el pasado. La idea que expresa el autor es la necesidad de la creación de una España Nueva. Deja atrás el intimismo de poetas anteriores, que hablaban de sus propios sentimientos, del "yo", y da paso a hablar del "nosotros". Es un poema con función apelativa, puesto que hace un llamamiento a un colectivo de personas. Desde el punto de vista formal, el poema está compuesto por versos octosílabos y rima asonante /e-o/. Utiliza un lenguaje coloquial e incluso vulgar . Celaya no puede expresarse con libertad pero el cometido del poema queda igualmente claro al lector.

A continuación, comentaremos un poema de Blas de Otero:

"EN EL NOMBRE DE ESPAÑA, PAZ"

En el nombre de España, paz.
El hombre
está en peligro. España, 

España, no te
aduermas.
Está en peligro, corre,
acude. Vuela
el ala de la noche
junto al ala del día.
Oye.
Cruje una vieja sombra,
vibra una luz joven.
Paz
para el día.
En el nombre 

de España, paz.

Blas de Otero

Observamos que uno de los rasgos más característicos de este poema es el encabalgamiento, abrupto en ocasiones.  Este poema se resume en el lema: “libertad de expresión y reunión”. El autor utiliza un vocabulario sencillo acompañado de una cita de autoridad implícita; recurre a un verso de fray Luis de León sin caracterizarlo tipográficamente para manifestar la grave situación que atraviesa  España.



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