sábado, 11 de enero de 2014

Comentario «En ti la tierra», de Pablo Neruda

Pequeña
rosa,
rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.

A primera vista se observa que los versos del poema van siendo más largos de una manera gradual, terminando con endecasílabos. Hay una correspondencia entre continente y contenido, es decir, la mujer crece así como lo hacen los versos. La mujer, a quien compara con una rosa, es primero pequeña y delicada; al ir creciendo se puede encontrar en ella toda la tierra. Se utiliza entonces una metáfora general entre la naturaleza y el sexo femenino. El verso once ("pero") separa las dos partes del poema. En los versos diecisiete y dieciocho hay un encabalgamiento, esto es que la pausa de fin de verso no coincide con la pausa morfosintáctica. En el verso dieciocho hay una aliteración de los fonemas /l/ y /n/.



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