domingo, 12 de enero de 2014

Comentario de "Discurso a los jóvenes", de Ángel González

De vosotros,
los jóvenes,
espero
no menos cosas grandes que las que realizaron
vuestros antepasados.
Os entrego
una herencia grandiosa:
sostenedla.
Amparad ese río
de sangre,
sujetad con segura
mano
el tronco de caballos
viejísimos,
pero aún poderosos,
que arrastran con pujanza
el fardo de los siglos
pasados.
Nosotros somos estos que aquí estamos reunidos,
y los demás no importan.
Tú, Piedra,
hijo de Pedro, nieto
de Piedra
y biznieto de Pedro,
esfuérzate
para ser siempre piedra mientras vivas,
para ser Pedro Petrificado Piedra Blanca,
para no tolerar el movimiento
para asfixiar en moldes apretados
todo lo que respira o que palpita.
A tí,
mi leal amigo,
compañero de armas,
escudero,
sostén de nuestra gloria,
joven alférez de mis escuadrones
de arcángeles vestidos de aceituna,
sé que no es necesario amonestarte:
con seguir siendo fuego y hierro,
basta.
Fuego para quemar lo que florece.
Hierro para aplastar lo que se alza.
Y finalmente,
tú, dueño
del oro y de la tierra
poderoso impulsor de nuestra vida,
no nos faltes jamás.
Sé generoso
con aquellos a los que necesitas pero guarda,
expulsa de tu reino,
mantenlos más allás de tus fronteras,
déjalos que se mueran,
si es preciso,
a los que sueñan,
a los que no buscan
más que luz y verdad,
a los que deberían ser humildes
y a veces no lo son, así es la vida.
Si alguno de vosotros
pensase
yo le diría: no pienses.
Pero no es necesario.
Seguid así,
hijos míos,
y yo os prometo
paz y patria feliz,
orden,
silencio.


En este poema, la ironía es el elemento de construcción. El poema fue escrito en la época del franquismo, la posguerra y por tanto la censura. Al dirigirse a los jóvenes diciéndoles que comentan las mismas atrocidades que sus padres y abuelos, viene a decir que el mundo no va a cambiar, porque la injusticia se perpetuará a lo largo de las generaciones y los siglos. Y el final es contundente: nadie piensa, nadie reflexiona, simplemente se siguen comentiendo las mismas injusticias en nombre del orden, del dinero y del poder sin que nadie a nadie se le ocurra pararse a pensar por un momeneto qué está ocurriendo: "Si alguno de vosotros pensase, yo le diría: no pienses. Pero no es necesario." Es un poema muy pesismista, pero que refleja muy bien la situación actual y la naturaleza del ser humano. Está construido en versos cortos combinados con otros de métrica más tradicional como endecasílabos o alejandrinos. Excepto en algunas ocasiones (espero/entrego, mayo/caballo...) carece de rima y de ritmo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario